El Conde de Ferrette, protector de la Abadía de Murbach, fue autorizado en 1312 para construir en el Monte Wildenstein una enorme isla rocosa granítica en medio del alto valle del Thur y dársela en feudo a los señores de Bollwiller.
Apenas unos años después, en 1377, ya hablamos de un castillo abandonado y medio en ruinas y así seguirá siendo hasta que la abadía de Murbach adquirió sus derechos en 1536.
Fue reconstruido entre 1552 y 1570. Durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), el castillo fue tomado, primero, por las tropas de Lorena aliadas del emperador de Austria; en 1634, por las tropas francesas y, un año después, lo volvieron a ocupar los de Lorena.
Las tropas suecas (aliadas de los franceses), comandadas por el general Jean-Louis d’Erlach, sitiaron la fortaleza en 1644. Instalaron toda su artillería en la montaña frente a la fortaleza. Las tropas de Lorena, viendo el percal que les esperaba, abandonaron el lugar durante la noche. El bombardeo de cañones suecos destruyó la mayor parte de la fortaleza. Este será desmontado por los habitantes del valle en 1693 con la autorización del abad de Murbach, dueño del lugar. A partir de entonces, el castillo sirvió como cantera de piedra.