Entre viñedos y montañas, Ribeauvillé es una villa encantadora que ha sabido realzar y poner en valor todo su patrimonio histórico. En la Edad Media, la ciudad era la sede del señorío de la familia Ribeaupierre (de ahí el nombre de la ciudad).
Tres castillos, cuyas ruinas todavía dominan la ciudad, parte de la antigua fortificación, la Grand’rue y sus pintorescas casas salpicadas de plazas decoradas con fuentes renacentistas. Estos son algunos de los encantos que esconde la localidad de Ribeauvillé y que detallaré a continuación.
⇒ Hôtel de Ville/Ayuntamiento : data de 1773. Destaca en su interior la prestigiosa colección de Hanaps (vasos) de plata que los Condes de Ribeaupierre entregaron a la ciudad.
⇒ Tour des Bouchers/ Torre de los carniceros (XIII): separaba el casco antiguo de la «ciudad media». Llamada así por los puestos de carnicería ubicados justo al lado.
⇒ Edificios religiosos: Église du Convent (XIII), Église Saint-Grégoire (XIII), Chapelle Ste-Catherine (1346), Iglesia Protestante (1783).
⇒ Plazas: De la Sinne, du Marché, Gouraud, de l’Ancienne-Hôpital, du Bouc, de la République.
⇒ Fuentes: de la Place de la République (1576), du Vigneron (1909), du Cerf (XVI), Fiedrich (1862), Napoleón, de la Halle aux blés (1559).
⇒ Casas alsacianas y edificios remarcables: Maison Siedel (78 Grand-Rue), Maison des Ménétriers (1663, 14 Grand-Rue), Maison 2 place de l’ancien Hôpital (s. XVI-XVII), 3 rue des Juifs (Cour des Nobles de Rathsamhausen), Halle aux Blés (1431, 35 rue de la Halle au Blé).
⇒ Castillos de Ribeauvillé: acceso solo a pie. Château du Girsberg (1250), de Haut-Ribeaupierre (s.XII) y de Saint-Ulrich, el más antiguo y mejor conservado (1038).