Seguramente hayáis leido lo de las Bolas de Meisenthal y os suene a chino. Un árbol de Navidad no se entiende sin las bolas y seguramente en Meisenthal tengan las más bonitas y especiales.
Meisenthal es un pueblo de la antigua región de Lorena, en el departamento de Mosela. En este pequeño pueblo se encontraba, desde el siglo XV, una de tantas fábricas de vidrio. Pero… ¿qué tiene esta de especial? Bien, se cuenta que, en 1858, una gran sequía privó a los Vosgos del Norte de frutos, avellanas y piñas (hasta ese momento, las decoraciones tradicionales del árbol). Un soplador de vidrio de Goetzenbruck trató de arreglar este desaguisado soplando algunas bolas de vidrio para decorar los árboles de Navidad. Gracias a él, esta tradición cruzó paises y culturas. Yo no se si esta historia es verdadera pero es preciosa, así que ahí la tenéis.
En la PRECIOSA iglesia de Sainte-Foy (inciso: Sélestat tiene a pocos metros de distancia dos iglesias imperdibles, qué maravilla) tenemos la clásica exposición de 173 bolas de Meisenthal. Los que amamos la fotografía podemos pasar un buen rato ahí.
Aunque la fábrica de vidrio de Meisenthal cerró en 1969, desde 1998 el Centre International d’Art Verrier ha revivido y revisado esta tradición, volviendo a producir bolas de Navidad. En concreto, cada año se fabrica una edición limitada de una bola de Navidad y os aseguro que son muy especiales. Y caras, claro.
Esta es la bola de 2021: PIAF